De Cándida y VIrtud
Difusión restringida
Cándida:
Ay, Virtud, no es un
invento
lo que nos pasó en la
huerta
esto aún me desconcierta
¡Qué raro acontecimiento!
Eleuterio, yo recuerdo,
se fue para los corrales
mientras me encargó
rociarles
a los tomates ungüento.
Para hacer el preparado
yo tenía que mezclar
las medidas con cuidado
miligramos aplicar.
Con una jeringa fui
poniendo tal proporción
y en la bombita medí
con cuidado la porción.
Los lentes del Eleuterio
me puse para no errar
y aquí comienza el
misterio
que habrá que desentrañar.
Estaban en un banquito
que siempre uso como mesa
y yo con delicadeza
los tomé por un ratito.
Después fui tranquilamente
salpicando los tomates
por arriba y por delante
los mojé completamente.
Luego Eleuterio llegó
y preguntó por sus lentes
no sé lo qué sucedió
que no estaban, de
repente.
Pero yo siempre sospecho
que hay algo paranormal
paseándose en los helechos
detrás de algún matorral.
Porque justo aquella tarde
vi pasar una persona
iba envuelta en una sombra
y no quise hacer alarde.
Otras veces mientras ando
entre los yuyos carpiendo
de pronto un ente
presiento
observando o bien
silbando.
Y es que ahí, en esa
tapera
supo morir un peón
y pienso que a lo mejor
es su alma que merodea.
Cambia las cosas de sitio
si las dejo en un lugar
al día siguiente, insisto
las encuentro en otro lar.
Por el lado del molino
yo lo he visto de reojo
correr entre los abrojos
caminar alzado en vilo.
Y una vez en una foto
que me tomaste a lo lejos
se veía en un reflejo
como si un ente remoto
se asomara entre los yuyos
vigilando mi accionar
sin emitir un murmullo
como para no asustar.
Hace tres días que busco
los lentes del Eleuterio
pero no están y me ofusco
esto es otro gran
misterio.
M'hija:
Más que un ente yo diría
mi querida madrecita
es tu Alzheimer el que
oculta
entre tomates y puerros
los distintos elementos
que se escapan ¡Dios me
asista!
Tal vez con tu poca vista
entre plantas se extravían
tus ojos pierden la pista
de las cosas al pasar
y se te van de las manos
cuando las quieres tomar.
Cándida:
Hijita, pero yo vi
esa persona cruzando
de reojo, y cuando volví
la mirada y fui girando
para el molino corrió
te digo que iba escapando
no hizo ruido, no mostró
el rostro, él lo iba
mudando.
M'hija:
Será que de tanto esfuerzo
tus ojos te juegan bromas
o es tu querido esposo
el que bromas te malgasta.
No creo que aparecidos
pierdan tiempo en estos
juegos
pienso que más bien el
sueño
el cansancio o las canas
son causantes del entuerto
en que tus tardes se
pasan.
Cándida:
Mi hermana me va a
entender
vos sos de un milenio
nuevo
ella sí me ha de creer
sabe que esto no es un
juego.
La cosa paranormal
yo sé que siempre ha
existido
vos muy poquito has vivido
y no lo tomes a mal.
Yo respeto tu opinión
pero tengo mi postura
vos dudas de mi cordura
no sé quién tendrá razón.
M'hija:
No es que dude, madre mía
de la lucidez que tienes
pero estas cosas que
cuentas
-me lo tenés que entender-
parecen las fantasías
que se ven en la vejez
sabes que yo sólo creo
lo que mis ojos me
muestran
y por más que al campo he
ido
nunca he visto aparecido.
Y no es que no quiera
creer
pero son pocas las pruebas
y muchas posibles causas
de las siluetas que pasan
entre lomas y senderos
detrás de churquis y
plantas.
No debemos discutir
por la existencia de
espectros
si desde tiempos remotos
esa duda ha persistido
no vamos nosotras ahora
con estas pocas palabras
a solucionar dilemas
que a antepasados
alcanzan.
Más bien contame del clima
de la cosecha y el campo
así la cosa se calma
y seguimos conversando.
Virtud:
Cándida, estoy consternada
por lo que ha pasado ayer
me he sentido preocupada
aún no lo puedo creer,
vos sabes que soy de fe
que estoy en la Cofradía
pero en mi ser no cabía
tamaña preocupación.
Recuerdo tu distracción
al relatarme un evento,
y que por breve momento
cortó tu respiración
una ligera visión
como de alguna entidad,
cual si por casualidad
pasara muy cerca nuestro.
No me he querido alarmar
pero sentí escalofrío
y ahí me puse a rezar
como para adentro mío
pero luego, al retomar
nuevamente la conversa
se me fue de la cabeza
lo que dijiste observar.
Fumigaste los tomates,
acomodaste un tablón,
también preparaste el
mate;
Eleuterio terminó
Eleuterio terminó
de su día la jornada
y con nosotras se unió
con manojos de cebollas
para, entre tanto,
limpiar.
Así entre conversación
y con mates, disfrutando
fue cayendo la oración
y hubo que ir acomodando
cada cosa en su lugar,
herramientas ir guardando
cuando sonó celular
del Eleuterio, en su mano.
Se arremolinó buscando
sus gafas en los
bolsillos,
luego miró de rabillo
cerca de las herramientas
y ya nos apresuramos
al lugar donde los vimos
hacia allá nos dirigimos
pero todo eso fue en vano.
Dimos vuelta la ranchada
donde durante la tarde
estuviéramos sentadas
como dos buenas comadres,
pero nunca aparecieron
los lentes del Eleuterio,
para mí ya no hay
misterio,
esa ánima los llevó.
Yo no sé lo que dirás
para mí esto es anormal
o es como a veces contás
que hay vida paranormal,
tal vez haya que buscar
sacerdotes y videntes
para encontrar esos lentes
y al espíritu expulsar.
Así deja de vagar
amarrado con sus penas,
Yo creo que hay que rezar
y ofrecerle una novena,
porque si es como decís
que ahí ha muerto un
cristiano
hemos de darle una mano
para ayudarle a partir.
Y ojalá que encuentres vos
cuando vayas para el campo
y revises, mientras tanto,
cada rincón de la huerta
tal vez detrás de una
puerta
o en algún lado tiradas
las gafas tan apreciadas
que el ánima se llevó.
M’hija
Sí, yo te digo madrina
las gafas se han
extraviado
se deben haber caído
o quedaron olvidadas
en algún rincón del rancho
o tal vez de la
ranchada...
Ya tendrán que aparecer;
atrás de alguna maceta
seguro las han de ver
cuando menos se lo crean
y sabrán que aparecidos
no hay ninguno por la
casa!
Cándida:
Ya tu padre, con criterio,
se ha comprado nuevos
lentes
no buscará eternamente
sé que este caso es muy
serio
gracias a Dios hay testigo
desaparecieron de ahí
es verdad lo que te digo
con mi hermana lo viví.
Virtud:
Sabes que soy precavida
no me gusta discutir
pero jamás en mi vida
he vivenciado algo así,
cuando la entidad pasó
yo sentí un escalofrío
y esto no lo inventé yo
es lo que me ha sucedido.
Las gafas hemos buscado
como locas sin denuedo
no las hemos encontrado
ya Eleuterio lo arregló
por un kioskito pasó
y se compró un lente
nuevo.
M'hija:
Si ambas dicen haber visto
entre arbustos y arboledas
un bulto que se menea,
y son mujeres derechas
-no van a andar
inventando-
cuestiones tan peligrosas
no son para andar jugando.
Además son de valor
y no se andan
temblequeando
solo por un ruido vago
que se escucha por ahí
le han perdido el miedo al
miedo
y no se asustan muy fácil
ni se inventan puros
cuentos
con cosas poco veraces.
Por eso me temo ahora
que en el rancho de mi
pago
se pasea por las tardes
un alma que va penando
y se la pasa ocultando
lentes, gorras y demases
sin encontrar su descanso
y prefiere ir incordiando
a todo aquel que en la
tarde
por allí cerca le pase.
Virtud:
Yo he contado lo que vi
o mejor, lo que sentí
no voy a andar inventando
sobre almas, improvisando.
quien quiera creer que
crea
pues no he de andar
publicando
cosas que yo nunca vea.
Y ahora voy reposando
porque luego a navegar
tengo un convite
esperando,
pero antes quiero sobar
con ungüentos recetados
mis várices desatar
para evitar los calambres.
Cándida:
Yo sabía que al final
entrarías en razón
y verías la verdad
hija de mi corazón.
Somos mujeres veraces
desde el vientre te
educamos
no sea que ahora vengamos
a enfrentarnos en un Face.
Y ahora me voy a arreglar
y poner ropa'e marine
porque también, con afines
yo me voy a navegar.
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