sábado, 20 de febrero de 2010

UN GRITO EN LA MADRUGADA




Cándida:
¿Sabés lo que me pasó
al filo e la madrugada?
Yo te lo cuento Virtú,
pero vos no digas nada.
Resulta que los muchachos
salieron a navegar
río abajo con piragua
pa llegar hasta la mar
y yo me he ido a la cama
vestida y en zapatillas
después que guardé la pava
y que acomodé las sillas.
Pero ni bien he rezado
y puesto el Jesús María
para mirar las domadas
me fui quedando dormida.
Desperté sobresaltada
como de una pesadilla
di tal salto de la cama,
casi caigo de rodillas.
Es que oí un ruido estridente
y un alarido fatal
con fuerte chirriar de dientes,
como en un juicio final.
Y yo he salido al pasillo
llamando a gritos la niña
pero en la casa no había
nadie más que el hombre y yo.
Me quiso quitar de en medio
pero en la penumbra vio
que estaba como en un trance,
no me podía mover.
Dice que hasta daba miedo
ver mi cabello revuelto
pero él ya había resuelto
sacarme de cualquier modo
me corrió a fuerza de codo
pa llegar hasta el lugar
y poder prender las luces
y el caso solucionar.
Había sido la gata
que se metió a la cocina
tumbó la tabla’e la carne,
vasos, platos ¡bestia indigna!.

Virtud
¡Hay Cándida! ¡Por favor!
Vos no tenés escarmiento.
Cuántas veces yo te he dicho
que vivas de otra manera
que ya ahuyentés esos bichos
o que llamés la perrera
mirá si te daba un soplo
por esa bestia grosera
¿Cómo dejás que camine
por la mesa o la heladera!
Y yo durmiendo tranquila
creyendo que vos ‘tas bien
sabés que sos delicada
de la parte coronaria
rezaré alguna plegaria
pondré una vela también.

Cándida:
Pero no es pa preocuparte,
tan sólo pa comentar
ya ves, cada una en su hogar
tiene sus luchas internas.
No va a volver a pasar,
ya me compré una linterna
de emergencia -dice ahí-
y la he puesto en la mesita
y si me voy a acostar
como el médico me explica,
tres gotas he de tomar
son de receta archivada
no estoy enferma ni nada,
pero debo descansar
la pócima no hace mal,
es sólo pa’ que una duerma.

Virtud
Ya no dormiré tranquila
pensando en esta tragedia
y otra cosa he de decirte,
cuántas veces te expliqué
que cuando vas a dormir
te coloques una media
pa’que no se desordene
el pelo durante el sueño
que uno después se levanta
como salida'el infierno.

Cándida:
Eso he de tener en cuenta,
ya un can-can he de buscar
no se bien en qué lugar
las ha guardado la moza
después me vas ayudar
a cortarla y aplicarla
porque no sé si podré,
soy inútil pa esas cosas.
Ahora te voy a dejar
porque voy de los Gaitanes
mañana te he de contar
que hacen esos gavilanes
y entre mates y morrales
mi tocado has de bordar.

Virtud
Tenés que andar con cuidado
y un poco de precaución
no hay que perder la razón
y tenete siempre a mano
un espejo y un rubor
por si hay que salir de golpe
que la gente no se tope
con algún bicho infrahumano.
Andate y dales saludos
al Rubén y a la Graciela
no le des tanto a la muela
porque así el kilaje avanza
y después a las balanzas
tenemos que disparar
y el traperío arreglar
porque pa’ nuevos no alcanza.