miércoles, 27 de enero de 2010

SOBREPESO



Virtud:
Cándida, estoy preocupada,
tengo un problema muy serio
estoy subiendo de peso
en forma desmesurada
me cuesta bajar del coche,
salir de la reposera,
las piernas ya no me llevan
y me duele la cadera.
He probado muchas dietas
pero no me han resultado
hay que andar como una atleta
corriendo pa’todos lados
que caminar en subida,
que hundir los glúteos y abdomen
y que solamente tome
agüitas saborizadas
de eso yo ya estoy cansada
y no bajo un solo gramo
y para colmo es verano,
no podés simular nada.

Cándida:
Si no son los Reyes Magos,
Año Nuevo o Navidad
son las bodas de una hermana
motivo pa’festejar
y sentarse a morralear
debajo de la enramada
¡y una tratando’e luchar
sin ventaja en la balanza!
No terminás de observar
como se agranda la panza.

Virtud:
He leído en estas redes
que se puede conchabar
alguien que te arma rutinas,
“preparador personal”
¿Qué tal si lo conversamos?
Lo podemos intentar.
A mí no me entra la ropa
y no me puedo comprar.

Cándida:
Te cuento que mi muchacho,
el que está en la capital
estudió Personal traineer
y está dispuesto a ayudar
dice que no va a cobrar
pero hemos de someternos
a una rutina fatal
con dietas y hambres eternos.
Pero yo no se Virtú,
creo que no es lo que quiero
Yo no pienso renunciar
a comer panes caseros
¡Ni loca voy a dejar
de matear bajo el alero!
Prefiero agrandar la ropa,
total no son más que hilachas
antes que vivir a sopas.
¡Que adelgacen las muchachas!
Ya cuando joven fui flaca
¿A quién le quiero ganar?

Virtud:
Yo también he sido flaca,
no se si vos te acordás
Será por eso que ahora
me ha dao por adelgazar,
ya me siento muy pesada
y me cuesta respirar
y por más que me medique
presión no puedo bajar.
No se trata solamente
de lucir buena figura
pero es que causa amargura
ver este cuerpo deforme
por más que busque y la nombre,
ya no encuentro mi cintura.
Yo creo que poco a poco
podremos adelgazar
y subir a las balanzas
ya no nos ha de traumar
con un buen entrenador
habremos de estilizarnos
y las cinturas cincharnos
pa’vernos más elegantes
y de ahora en adelante
dejemos de masticar.