De Cándida y Virtud
DIFUSION AL EXTERIOR
CÁNDIDA
Virtud, me pasó esta vez
un caso extraño y odioso
no se, yo espero que estés
ya de vuelta y en reposo
vi que en la sierra has andado
disfrutando vacación
yo de carneada he estado
meta asado y chicharrón.
Entre quehaceres pesados
quebrantada digestión
anoche sobresaltada
dormí presa de tensión.
Tuve un sueño retorcido
de un dentista me encontraba
pulía mis incisivos
y barato me cobraba.
Volvía contenta a casa
pues mi prótesis lucía
como perlada mordaza
que el rostro juvenecía
cuando de pronto al espejo
me encaraba nuevamente
me veía un abadejo
con grandes y negros dientes.
Dando un salto desperté
comprobando con alivio
que solamente soñé
no era verdad tal delirio.
Apresurada guglié
a ver qué significaba
estupideces hallé
y me levanté apurada.
Había que continuar
con la antedicha carneada
hacer grasa, cocinar
ir comiendo de parada.
En un momento mordí
como una extraña piedrita
enseguida la escupí
¿Qué creés que era la pepita?
Mi incisivo de verdad
aunque no puedas creerlo
te lo quise comentar
por si vos querés leerlo.
VIRTUD
Yo una vez supe leer
o escuchar, bien no recuerdo
-supersticiones o versos-
pero una ha de creer
que cuando es el sueño malo
no hay que contarlo en ayuna
porque eso es mala fortuna
y se te puede cumplir.
Y vos me dijiste a mí
que muy a la madrugada
cuando el sol aún no alumbraba
se lo contaste a Eleuterio
y es por eso -no es misterio-
que escupiste el diente aquél.
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