sábado, 27 de febrero de 2010

CRISTAL Y PERLAS



Cándida:
Virtú, ¿ya te has dado cuenta
cómo han pasado los años?
vos con un niño en primario
y el mayor en secundario,
yo tres universitarios
y uno viviendo en Madrid,
si pareciera un suspiro,
los ojos cerrar y abrir,
¿quién se hubiera imaginado
que la vida corre así?
Uno por uno mis hijos,
de a poco se fueron yendo
a estudiar, a trabajar,
van sus vidas construyendo
y ese bullicio que había,
y aquella invasión de amigos
aunque no creas se extrañan
esos agobios, te digo.

Virtud:
¡Ay, Cándida, por favor!
No me lo hagas recordar
porque sólo de pensar
se me estremece la piel
si me parece que ayer
al más grande yo dejaba
bien envuelto en su moisés
en la casa de la abuela
para poder trabajar
tan lejos en otra escuela.
Mirá si una iba a pensar
que tan pronto acabaría
esa gran algarabía
que fue tener un bebé.
Ahora, ahí lo tenés,
con uniforme vestido,
con corbata, tan crecido
y al pequeño, quién lo ve
con mochila y guardapolvo
preparando su deber.

Cándida:
Ya en un par de breves años
estaremos celebrando,
vos las bodas de cristal
mientras yo bodas de perla,
con tantos aniversarios
de matrimonio cumplidos
debiéramos coronar
con fiesta, ¡vamos a hacerla!
si ya podemos armar
finos collares bruñidos,
enhebrando filigranas
forjadas con las vivencias,
que recordamos las dos,
ganándonos indulgencias!

Virtud:
Y pensando seriamente
en el caso de la boda
habría que celebrarla
con una gran comilona
cerrar la calle y colgar
de alguna planta un cartel
a todo mundo invitar,
convocar al vecindario
y con bombos celebrar
este doble aniversario
contratando para el baile
a “O.C.H”. Novel.

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